Stories of Success After Service
Cómo alistarse transformó a un joven y le llevó a triunfar con la ropa urbana
Es duro ver que la vida no siempre ha tratado bien a Devlin Braswell.
Después de todo lo vivido, su nombre está ascendiendo rápidamente en el mundo de la moda de la ropa urbana. Sin embargo, el diseñador y antiguo miembro de la Guardia Costera, también conocido como Dee-Nyce, cuenta con un pasado sacudido por el tipo de tragedias que algunas personas no pueden superar.
A sus 41 años, ha perdido a una querida hija, ha visto cómo la adicción causaba estragos en sus familiares cercanos y ha sido testigo de la violencia con armas de fuego en su propio barrio. Pero también ha encontrado consuelo creando poesía, calzado y ropa.
Luego de una exitosa carrera de 11 años en el Servicio, Braswell aprovechó la oportunidad para convertirse en un pionero de la moda. Ahora, los entusiastas de las zapatillas deportivas y mochilas que vende en línea, y en su tienda en Oakland, esperarán para comprar su próxima creación.
Su camino hacia el éxito comenzó un día en Brooklyn en 2003, cuando se encontró entre un tirador y su objetivo mientras hacía un recado.
Braswell, que entonces tenía 25 años, tuvo que correr para salvar su vida.
Era la tercera vez que huía de los disparos en la calle. Pensó en sus familiares que eran adictos al crack y supo que la dura realidad de las calles no tardaría en alcanzarlo también a él. Ese día, llamó al reclutador local de la Guardia Costera y le dijo que estaba listo.
SERVICIO MILITAR
ÁREA METROPOLITANA DE NUEVA YORK
No estaba seguro de lo que su madre pensaría sobre su decisión. Sabía que estaba orgullosa de él como el único de sus hijos que se había graduado de la escuela secundaria. Tenía grandes esperanzas puestas en su éxito. Pero se preguntaba si el alistamiento frustraría sus sueños.
“Solo en otra ocasión la había visto tan orgullosa de mí como cuando me gradué, y eso fue cuando le dije que me iba a incorporar a la Guardia Costera”, comentó.
Realizó la capacitación básica en Cape May, Nueva Jersey, en agosto de 2003 y finalmente se convirtió en especialista de operaciones, el personal que analiza los radares, gestiona el tráfico de embarcaciones y apoya las operaciones de búsqueda y rescate. Trabajó con diligencia durante más de una década en emergencias, como el huracán Katrina en la costa del golfo de Estados Unidos. Durante el huracán Sandy, sacrificó el sueño para atender las llamadas telefónicas de las 273 víctimas de la tormenta que necesitaban asistencia.
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También durante este tiempo se enfrentó al mayor desafío de su vida. En 2006, los médicos diagnosticaron a su hija de 11 meses una enfermedad congénita que resultó mortal antes de que finalizara el año.
Los amigos que le acompañaban le ofrecieron apoyo, y uno de ellos le animó a empezar a escribir poesía cuando se sintiera mal. Se tomó ese consejo en serio y las recitó en un club de Oakland. También recordaba sus días de universidad en Queens, cuando empezó a personalizar zapatillas deportivas de marca con colores y adornos.
Me di cuenta de que en la creación es donde encuentro mi libertad, ya sea moda o música.
Creo para salvar mi vida.
VIDA CIVIL
SAN FRANCISCO
Siempre con el arte y el diseño en su mente, Braswell vio que su tiempo con la Guardia Costera se acercaba a su fin. Aun así, como muchos otros, se había acostumbrado a la vida en el Servicio, y la idea de abandonarlo le resultaba abrumadora.
“La reinserción en la vida civil fue la experiencia más aterradora”, dijo Braswell, que llegó a alcanzar el rango de Especialista en operaciones de 1ª clase. “Podrías fracasar. ¿Y luego qué? Estás dejando un Servicio que te facilita la vida”.
Se inscribió en el Programa de asistencia para la transición de la Guardia Costera, que ayuda a los miembros de esta institución a reintegrarse al mundo civil, y les ayuda a redactar un currículum y a encontrar trabajo. La directora del programa de Braswell se dio cuenta de algo que él mismo aún no podía ver.
“La señora que impartía esa clase me dijo que no necesitaba ningún currículum porque yo ya estaba haciendo lo que se suponía que debía hacer al dedicarme al arte y al diseño”, comentó. “Ella creía más en mí que yo mismo”.
Braswell dejó el Servicio en julio de 2014 y se inscribió en el Fashion Institute of Design and Merchandising de San Francisco con el dinero que recibió de la Ley GI. Comenzó de nuevo a personalizar zapatillas deportivas y, con un nuevo conocimiento de la ciencia de los colorantes que adquirió en clase, desarrolló un tinte exclusivo que resultó ser superior a lo que había en el mercado.
“Convertí $55 en $54,000 vendiendo ese tinte,” dijo. “Pero ya no quería seguir personalizando. Quería fabricar mis propios zapatos”.
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A lo largo de los años, había conseguido un gran número de seguidores en Instagram publicando regularmente su trabajo y creando una audiencia de clientes potenciales. Con el dinero del tinte, diseñó y produjo su primer par utilizando el nombre Fly Boys Couture Club, o FBCC, y programó el lanzamiento de las zapatillas para que coincidiera con la apertura de su céntrica tienda de Oakland, Carpe Diem Fashion House.
ÉXITO PROFESIONAL
OAKLAND
Los clientes recibieron con entusiasmo el nuevo calzado de $400. Comentó que fabricó 150 pares y se agotaron. La noche antes de la gran inauguración de la tienda en 2017, varios clientes esperaron afuera.
“Dos personas de Nueva York, una de Detroit y otra de Misuri habían tomado vuelos para venir hasta aquí,” dijo. Abrumado por el apoyo, acampó con ellos en la acera.
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FBCC obtuvo más de 250.000 dólares en ventas en su primer año. Esa cifra ha crecido hasta superar los $500,000 en ingresos hasta el momento. En la actualidad, la empresa emplea a dependientes de tienda, aunque la gran mayoría de las ventas se realizan en línea.
Con el crecimiento del negocio, Braswell ha podido reflexionar sobre su trayectoria. Atribuye su capacidad para crear una empresa con éxito al tiempo que pasó en la Guardia Costera. Indicó que su capacitación, que daba prioridad a la disciplina, el sacrificio y la preparación, resultó fundamental a la hora de capear los tempestuosos mares que son habituales cuando un empresario acaba de empezar.
“Me he estado entrenando para esta vida desde que ingresé en el Servicio,” expresó.
Por ello, la perspectiva que Braswell adquirió al servir a su país influye en cómo define el éxito empresarial.
“El éxito se define por lo que tú puedes hacer por las personas que no pueden hacer nada por ti,” explicó. “No se trata en absoluto de dinero.”
Guiado por esa visión, comenzó a enseñar a los niños locales sobre el diseño de moda y a coser, habilidades que espera que puedan ayudarles a conseguir trabajo algún día. Los propios hijos de Braswell, cuatro de ellos de entre 19 meses y 14 años, también conocen de primera mano lo que se necesita para dirigir una empresa de moda. A veces aparecen en su Instagram como modelos de sus últimas creaciones.
A pesar del dolor que ha sufrido, Braswell dijo que no cambiaría su vida. Atribuye su fortaleza a la Guardia Costera y, por esa razón, aconseja a los padres cuyos hijos están considerando el servicio militar que estén abiertos a esa opción.
“Les diría a los padres que su hijo aprenderá a ser adulto y a lidiar con los obstáculos en las Fuerzas Armadas,” indicó. “Una de las cosas más heroicas que se pueden hacer es servir a tu país”.