La vida en las Fuerzas Armadas
En pos de los sueños y las pasiones
Desde descubrir nuevas habilidades hasta encontrar su verdadero potencial, la vida en las Fuerzas Armadas de hoy le brinda todo.
El futuro como página en blanco
Existe la falsa idea de que servir en las Fuerzas Armadas despoja a las personas de su individualidad. En su experiencia, para Erynne esto dista mucho de ser verdad. Para Erynne, esto a menudo significa escribir, que es algo que ha pasado de ser un pasatiempo de la infancia a una aspiración profesional en los últimos años.
“Son muchas las cosas que las Fuerzas Armadas pueden ofrecerte en lo que respecta al crecimiento personal. Puedes seguir siendo tan creativo como quieras y, al mismo, tiempo hacer tu trabajo”.
En 2019, publicó una colección de poemas que plasmaron su perspectiva de la vida. “Escribí mi libro mientras salía al mar”, dice, en referencia a su reciente despliegue de siete meses, durante el cual navegó por el océano Pacífico a lugares como Tokio, Singapur y Australia. “Me tomaba algunos momentos en medio del océano, y esos momentos me llevaban adonde tenía que ir para poder escribir. No hubiera podido hacerlo sin la Marina. El apoyo que me dan las personas con las que trabajo es increíble”, comenta.
Sueños de alto vuelo
Con su amor por la aviación y el apoyo de su liderazgo, el oficial técnico de la Guardia Nacional del Ejército de Ohio, Elliott Stockton, comenzó un viaje que le ayudaría a cumplir su sueño de convertirse en piloto. Para comenzar, Elliott participó en la Competencia al Mejor Guerrero del Ejército, donde tuvo que competir contra otros soldados en desafíos de aptitud física, exámenes escritos y ejercicios de combate. Después de ganar la competencia y ser nombrado Soldado del Año por el estado de Ohio, captó la atención de sus superiores en el estado y tuvo la oportunidad de hablar con ellos sobre su futuro.
“Quiero ser piloto desde la escuela media, así que cuando surgió la oportunidad, pensé, ¡sí, hagámoslo!”
“Hablamos sobre la dirección de mi carrera y qué quería hacer. ‘Quiero ser piloto’”, dice. “Me dijeron, ‘Bueno, esto es lo que tienes que hacer. Te ocupas de estas cosas y nos aseguraremos de que se haga realidad’”. Después de trabajar mucho y recibir reconocimiento por sus esfuerzos, Elliott fue seleccionado para un puesto de oficial técnico como piloto de Black Hawk. Los oficiales técnicos están muy especializados y cuentan con los conocimientos técnicos necesarios para sus trabajos, al tiempo que tienen oportunidades para entrenar y dirigir a otros soldados. “Acepté inmediatamente. Quiero ser piloto desde la escuela media, así que cuando surgió la oportunidad, dije, “Sí, ¡hagámoslo!”.
En pos de una pasión
Después de obtener su licenciatura y enseñar español en la escuela secundaria, Emily se alistó en busca de una nueva aventura. Supo que podía seguir con su pasión por el aprendizaje y los idiomas en las Fuerzas Armadas. “Al estudiar los matices de otros idiomas, desde las palabras tradicionales hasta los términos coloquiales, siempre estaré aprendiendo algo nuevo”, dice.
“Los idiomas son mi pasión y quería tener la oportunidad de aprender más a través de las Fuerzas Armadas”.
Una vez que completó el entrenamiento básico, Emily asistió al Instituto de Idiomas del Departamento de Defensa y aprendió el pastún, que por lo general se habla en Oriente Medio. Aprender a leer, hablar y escribir en pastún no fue tarea fácil; su alfabeto y estructura gramatical son diferentes de otros idiomas que Emily había estudiado. Como gerente de programas de lenguaje de comando, Emily también ayuda a otros lingüistas en sus calificaciones y pruebas. “Me ofrecí como voluntaria para ese puesto porque quería aprender más, pero también porque quería ayudar a otros soldados”. En su vida civil, Emily enseña español y es tutora voluntaria en su comunidad. Dice que su carrera militar y civil se complementan entre sí y la ayudan a ser una mejor maestra para sus soldados y sus alumnos.
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