Cosas que hacer

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Ya sea todos los fines de semana o fin de semana de por medio, estoy en el agua o haciendo algo cerca del agua. De un momento a otro puedo tirar mi kayak en la camioneta y dirigirme hacia el agua. En el puesto, puedes alquilar kayaks pero también se puede alquilar todo lo necesario para pescar. Puedes alquilar botes. Si no quieres comprarte uno propio, podrás alquilar ahí. Mis actividades favoritas aquí en el puesto probablemente serían andar en kayak y pescar. Estoy buscando algo que pique mi anzuelo. Recreación, Bienestar y Espíritu es la organización a cargo de la moral, el bienestar y la recreación en el puesto. Su función principal es mantener la moral y el bienestar de los soldados y sus familias. Recreación, Bienestar y Espíritu ofrece un montón de viajes de tubing y rafting, kayak... y esos viajes siempre están llenos porque a la gente le encanta practicar estas disciplinas. Mi pasión por el aire libre no ha cambiado desde que ingresé en las Fuerzas Armadas. Al contrario, diría que aumentó.

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Ser soldado del servicio activo y madre a tiempo completo puede ser bastante estresante. Las Fuerzas Armadas nos ayudan a vivir más confortablemente porque nos ofrecen una gran cantidad de cosas que podemos hacer con los niños aquí mismo en la base. 

A mis hijos les encanta ir al parque, casi todos los días preguntan..."papi, papi, ¿nos puedes llevar al parque?".

Podemos ir a la pista de patinaje o al cine, o a la pista de bowling. Cuando los llevamos a la piscina también hay una pequeña parte playa para jugar.  

Si menciono algo que tenga que ver con la diversión, no paran de insistir hasta que los llevo. 

Nuestros hijos realmente están felices aquí. 

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Soy Jose Guevara Cortez, sargento de segunda clase de la Fuerza Aérea destacado en la base conjunta San Antonio. Estoy intentando descubrir cómo es realmente la vida en las Fuerzas Armadas y en qué se podría diferenciar de lo que ustedes piensan al respecto. Hoy me voy a encontrar con dos personas para quienes los deportes son una parte importante de sus vidas. Primero, me voy a reunir en la base con una de mis colegas del campo de la odontología, Vanessa Powell-Davis. Vanessa entrena a un equipo de baloncesto juvenil los fines de semana y, por lo que sé, ha logrado mucho en la cancha.

¿Puedes hablarme un poco de cómo fue tu transición de California a San Antonio?

Me gusta de verdad que Lackland se encuentre en una ciudad grande como San Antonio. Hay muchas cosas para hacer. No es difícil conseguir equipos deportivos. Por ejemplo, voy al gimnasio, sabes, y a la gente que veo simplemente les pregunto si conocen algún equipo deportivo femenino.

Sí, seguramente. Y fue así como entré en el primer equipo en el que estuve en la base.

Sé que fuiste entrenadora en California. ¿Qué hizo que quisieras empezar a entrenar aquí, en San Antonio?

Sí. Yo entreno a niños desde preescolar hasta sexto grado y les enseño lo básico del baloncesto, como lanzar, manejo, pasar el balón y esas cosas. Me encanta ver lo felices que se ponen los niños y la idea de enseñar algo que me gusta mucho hacer.

Después del juego, nos vamos al centro a encontrarnos con el sargento de segunda clase del Ejército Joshua Grether, también de la base conjunta San Antonio. Él y Vanessa tienen algunas cosas en común por su afinidad por los deportes, y por eso quisiera ver en qué punto sus historias podrían cruzarse.

Gracias por encontrarte con Vanessa y conmigo. ¿Puedes hablarnos un poco de ti? Y, estás en el Ejército. Nosotros estamos en la Fuerza Aérea. Háblanos un poco acerca de algunas de las cosas que haces.

Me reúno con algunos de los chicos que conocí en el gimnasio y cosas así. Nos encontramos una vez por semana y jugamos al baloncesto.

¿Y a qué más juegan? ¿Practican algún otro deporte? 

Jugué al tocho bandera para...  Hay una liga aquí, en San Antonio.

De acuerdo.  Escuchemos...

Y uno de los chicos que conocí en el gimnasio me llevó a la liga.

¿Ustedes tienen equipos en los destacamentos, como el Ejército?  Lo que tenemos es que puedes hacer las pruebas para entrar en el equipo del destacamento y luego competir contra los otros destacamentos de la zona.

Oh, sí. Lo hacemos, como el equipo de la base. Cuando estuve destacada en Japón, no tenían un equipo en la base. Era una liga de todas las fuerzas y teníamos a los Marines, la Marina, la Fuerza Aérea.

A todos. Todos en el equipo. Y todas las rivalidades quedaban a un lado.

Sí, como le decía a Vanessa antes, ese es uno de los beneficios de tener un deporte en tu vida. ¡Sí! Te permite hacer amigos, sabes, y reunirte porque sí y pasar un buen momento.

Ustedes... ¿Alguna vez habían jugado al tocho bandera antes? ¿O esto es algo que nunca se les había ocurrido?

Yo había jugado en octavo grado.

Entonces tenías algo de experiencia.

Sí, un poco, cuando era más rápida.

Entonces, ¿van a estar en la línea de ataque mañana?  Es decir...

Sí, sí, definitivamente.

De acuerdo.  ¿Y tú, Jose?

Te gusta mucho competir. Allí estaré, allí estaré, hagámoslo.

Al día siguiente, todos nos encontramos nuevamente aquí para jugar un poco al tocho bandera. Joshua trajo a algunos de sus amigos del Ejército y yo a mi escuadrón de la Fuerza Aérea. Usamos uno de los campos de deportes de la base, que están a nuestra disposición para cuando los necesitamos.

Es decir, para nosotros, los del Ejército, hacemos entrenamiento físico juntos y el hecho de hacerlo cuatro o cinco veces por semana y luego poder salir y practicar deportes y hacer cosas...

Sí, exactamente. De vez en cuando hace que el grupo esté, de algún modo, unido. He hablado con muchas personas que no tienen lazos con las Fuerzas Armadas y piensan que somos soldados las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Sí.

Y debemos terminar con esa creencia. Es verdad que como soldados tenemos que entrenar como en cualquier otra institución y que tal vez lo hagamos un poco más que otros, pero, al final, también tenemos nuestra vida normal, por así decirlo, y nuestro tiempo libre. Mi hijo solo tiene un año y dice pocas palabras, pero “touchdown” es una de ellas. Es bueno tener el apoyo de tu familia y esas cosas.

Absolutamente.

Y, en general, lo que tiene que ver con el respeto, que ustedes vengan y nos demuestren tanto respeto.

Sí, lo que quiero decir es que todos somos lo que se llama hermanos en el Servicio.

Exactamente.

Estamos todos juntos en esto. Son solo diferentes ramas.

Después de escuchar tantas cosas de Vanessa y Joshua en relación con los deportes y los nuevos amigos, fue fantástico ver todo eso cobrar vida en el campo esta noche y, definitivamente, no veo la hora de que llegue el próximo partido entre amigos.

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Soy Jose Guevara Cortez, sargento de segunda clase de la Fuerza Aérea destacado en la base conjunta San Antonio. Estoy intentando descubrir cómo es realmente la vida en las Fuerzas Armadas y en qué se podría diferenciar de lo que ustedes piensan al respecto. Hoy me voy a encontrar con la aerotécnica de primera clase Abby Roetzel, una técnica en medicina pediátrica que aspira a ser veterinaria.

En lugar de encontrarnos en la base, Abby me pidió que me reuniera con ella aquí, en la Liga para la Defensa de los Animales, donde trabaja como voluntaria los fines de semana. Esto no es precisamente lo que uno esperaría ver hacer a una aerotécnica de la Fuerza Aérea, pero las Fuerzas Armadas nos alientan a ser líderes en nuestra comunidad, y por eso no veo la hora de echar un vistazo.

¡Hola!

¡Hola!

Mucho gusto.

Soy Jose.

Mucho gusto.

Soy Abby.

Bienvenido a la Liga para la Defensa de los Animales.

¿Quieres conocer el lugar?

Sí, por favor.

Está bien.

Muéstrame todo.

Sí, gracias.

De nada.

No hay por qué.

Creo que todos los perros de aquí pesan menos de 15 libras como mínimo. Hay muchísimos más aquí adentro.

Este es mi favorito. Su nombre es Deputy.

¿Deputy?

Sí. Deputy, vives en Texas.

Sí. ¿Qué te parece eso, Deputy?

Entonces, ambos estamos en las Fuerzas Armadas. ¿Dirías que hay alguna similitud entre estar en las Fuerzas Armadas y el trabajo como voluntaria que realizas? Definitivamente lo creo. Sabes, debes tener una determinada personalidad para incorporarte a las Fuerzas Armadas. Eso en sí ya es algo. Pero alguien que se incorpora a las Fuerzas Armadas y trabaja como voluntario y ofrece más de su tiempo a las personas o los animales, eso creo que hace que te destaques entre los demás. Y, ¿cómo encuentras tiempo para el voluntariado? Bueno, solo trabajo de lunes a viernes y, por tanto, tengo los fines de semana libres. Soy una persona que se aburre fácilmente, y por eso ocupo mi tiempo con mucho cuidado. Entonces, los sábados y domingos vengo aquí y trabajo como voluntaria algunas horas. Esto va a ser... ¡Oh, Dios! Un campamento de entrenamiento físico para gatos. ¡Un campamento para gatos! Es para esos gatos a los que les gusta comer más de la cuenta. Ahora veo de dónde viene el nombre “campamento de entrenamiento físico” para gatos. Sí. Nos esmeramos por hacer que se muevan por aquí, suban estos pequeños escalones. Pero es un poco difícil.

Con respecto al trabajo que tienes ahora y viéndote en el futuro como veterinaria, ¿qué relación encuentras entre estas dos actividades? Bueno, aprendo a cuidar a los pacientes. Básicamente a manejar a los pacientes. Aprendo... Por ejemplo, extraerle sangre a una persona es probablemente algo parecido a extraerle sangre a un perro. Porque todos tenemos venas. Creo que hay cosas simples como esa que podré trasladar a la veterinaria. Es como un paso hacia eso.

Ahora, según tu experiencia, ¿dirías que las Fuerzas Armadas te han ayudado a ser la persona que debes ser para tener éxito en la escuela de veterinaria? Sin lugar a dudas. En el ámbito médico, trabajo con muchos médicos, un montón de profesionales. Ellos me han enseñado cómo debes desempeñarte como líder. Yo simplemente los observo mucho y tomo nota de cómo actúan.

Y quiero ser así cuando esté en esa situación. Dime, Abby, ¿cuáles son algunas de las diferencias en lo que realmente haces cuando trabajas aquí como voluntaria? A los perros los socializas. Eso es probablemente lo más importante para mí. Cuando ves perros que son muy tímidos, perros muy asustados que tal vez sufrieron maltrato y que no están a gusto con las personas, con el solo hecho de socializarlos, les das las herramientas que necesitan para ser adoptados. ¿Y qué es lo mejor que viste hoy? Sin dudas, el campamento de entrenamiento físico para gatos.

Porque el punto es... Nunca escuché hablar de algo parecido. Y tengo una gata que es algo robusta y que podría beneficiarse con un poco de ejercicio o con que le pongan la comida en un lugar muy elevado. Dejando de lado los lindos cachorritos, es asombroso ver cómo podemos marcar una diferencia en la comunidad con algunas horas de nuestro tiempo libre. Abby definitivamente me demostró eso hoy, y me inspiró a salir de aquí y hacer algo yo también.