Para padres
Apoyar el sueño de un hijo de unirse a la Fuerza Aérea
El primer museo que Michael Kolk visitó en su vida fue el Museo de la Fuerza Aérea en Dayton, Ohio. Si bien en ese momento tenía solo cuatro años, su madre, Patti, dijo: “Sé que esa visita lo impactó”.
De hecho, ese viaje al museo puede haberse traducido en la pasión de por vida de Michael por volar y en su alistamiento en la Reserva de la Fuerza Aérea.
Cuando Patti se enteró de que Michael quería incorporarse a las Fuerzas Armadas, lo apoyó, especialmente porque pensaba que él era ese tipo de persona que no sería feliz trabajando en una oficina. Admitió: “No podía imaginármelo sentado detrás de un escritorio en un trabajo de 9 a 5. Es una persona que necesita no solo usar el cerebro sino también explotar los aspectos físicos. Las Fuerzas Armadas son la combinación perfecta de esas dos cosas”.
Michael estaba especialmente interesado en la Reserva de la Fuerza Aérea porque le daría la oportunidad de tener dos carreras. Patti manifestó: “Puede seguir otra carrera. Mejorará su vida mucho más de lo que habría soñado”.
Una educación cultural global
Poco después de que Michael firmara los papeles y prestara el juramento de alistamiento, se dirigió al entrenamiento básico. Varias semanas después, Patti asistió a la graduación. Y manifestó: “Estaba todo lo orgullosa que una madre puede estar. Él estaba haciendo algo que sentía que debía hacer, que deseaba hacer, y esa era la dirección en la que quería ir. Y esa es mi función como madre, criarlo, darle las herramientas necesarias y ayudarlo a encontrar el tipo de vida que le gustaría vivir”.
Michael trabaja con computadoras para la Reserva de la Fuerza Aérea, y su servicio incluyó una movilización a Irak. Su movilización también amplió los horizontes de Patti. Cuando se enteró de la movilización, toda la familia empezó a estudiar sobre el país y Patti hasta probó cocinar platos iraquíes. Y dijo: “Realmente queríamos entender la religión de ese lugar, las tradiciones, toda la cultura. Creo que nos ayudó mucho para que fuera una experiencia más humana”.
Los sueños de un hijo hechos realidad
Michael es paramédico en la vida civil, y su experiencia militar le resultó de mucha utilidad para su trabajo. Patti sostuvo: “En ocasiones, él tiene que mantener la calma en situaciones muy terribles. Uno tiene que estar preparado para que suceda cualquier cosa”. Después de la movilización, Michael pudo regresar a su carrera civil. Como los miembros de la Reserva y los componentes de la Guardia a menudo tienen carreras civiles, sus empleadores deben guardarles el trabajo mientras están movilizados.
En el futuro, Michael planea quedarse en la Reserva de la Fuerza Aérea, asistir a la escuela de enfermería y convertirse en enfermero oncológico. Patti sostuvo: “Independientemente del tiempo que pase en este mundo, él realmente quiere dedicar toda actividad que haga y toda su energía a los demás”.
Cuando piensa en la decisión de su hijo de servir, Patti a veces reflexiona sobre el viaje al museo que influyó en el camino de su hijo. Recordó cómo Michael miraba los aviones en la pista de aterrizaje y dijo: “Estaba encantada porque él pudiera cumplir sus sueños”.
"Estaba encantada porque él pudiera cumplir sus sueños."