"It’s so rewarding to be able to say you serve your country."
Takila McCown
Lieutenant Junior Grade | Coast Guard
Criada como la sexta de siete hijos en Covington, Kentucky, con seguridad se puede decir que Takila McCown siempre ha sido una persona con don de gentes. Crecer en un entorno de esa naturaleza sin dudas promovió su incomparable capacidad para comunicarse y relacionarse bien con los demás; también implicó desafíos, como la posibilidad de que sus padres pagaran la matrícula universitaria.
“Sin preguntar, yo sabía que mis padres no podían siquiera comprender la posibilidad de pagar la universidad… Las Fuerzas Armadas visitaron mi escuela, rendí el ASVAB y hablé con un reclutador que me contó sobre la Ley GI, que podía usar para la universidad.”
Entusiasmada con la idea de ser la primera de la familia en obtener un título universitario, Takila se alistó en las Fuerzas Armadas y se dirigió al entrenamiento básico solo 10 días después de graduarse de la escuela secundaria. No obstante, esto no quiere decir que sus padres no estuvieran preocupados.
“En esa época tenía apenas 17 años… [Mi madre] no quería que su bebé se fuera.”
El entrenamiento básico resultó ser un desafío físico para Takila, pero nada que no pudiera manejar. Una vez graduada, comenzó a trabajar en el Ejército como especialista en servicio de alimentos.
“Fui cocinera del Ejército… Era un trabajo difícil… Las personas jamás se acuerdan de decirte, ‘Gracias, fue una comida deliciosa.’ …Entonces, realmente tienes que estar orientado al cliente... Pero sí que lo disfruté y me destaqué en el trabajo que hice. De hecho, me nombraron Cocinera del Año de la Tercera División de Infantería.”
Además de los cinco años que pasó elaborando excelentes comidas en el Ejército, Takila también armó una familia. Tuvo un hijo y, a pesar de estar encantada, la combinación de la maternidad y las movilizaciones de entrenamiento puso sus planes de educación universitaria en compás de espera.
En realidad, cuando el contrato con el Ejército terminó, Takila se tomó licencia del Ejército por un año y medio. Fiel a su deseo de tener nuevas experiencias y experimentar nuevos entornos, consiguió un puesto de técnica oftálmica civil en la industria médica. Sin embargo, con un esposo en la Guardia Costera, su conexión con las Fuerzas Armadas nunca estuvo muy lejos.
Y llegó el 11 de septiembre.
“Sentí un fuerte deseo de volverme a incorporar a las Fuerzas Armadas porque sentí que ese era el lugar donde podía hacer lo máximo por mi país… Quería ser parte de algo más importante que yo misma…”
Takila eligió unirse a la Guardia Costera esperando ser destacada cerca de su exmarido, lo cual facilitaría los viajes para su hijo. (Los Servicios se esforzarán por poner a las familias juntas, según las circunstancias). También disfrutaba de la parte del servicio civil de la Guardia Costera.
“[La Guardia Costera] realmente es un Servicio más humanitario, todas las misiones son para ayudar a la gente de la comunidad marítima, y también se ocupa de la defensa nacional. Para mí, el servicio significa representar a tu país a través de acciones positivas y, en la Guardia Costera, iba a poder hacerlo.”
Inicialmente alistada como miembro de la Guardia Costera, Takila se desempeñó como oficinista durante un breve período, y luego en una oficina de viviendas militares, donde controlaba el ingreso y el egreso de gente del alojamiento. Si bien disfrutaba de ese trabajo, Takila anhelaba una mayor interacción con los reclutas jóvenes.
“Me postulé para un puesto de reclutador de la Guardia Costera… Estoy tan orgullosa de servir en esta organización que quería ser la primera persona con la que se pusieran en contacto aquellas personas interesadas en ingresar en la Guardia Costera.”
La postulación de Takila fue aceptada, algo que ella atribuye a la atención que la Guardia Costera le presta a los detalles y la productividad.
“La Guardia Costera es muy buena cuando se trata de cotejar los deseos de las personas con las vacantes, porque cuando puedes hacer lo que realmente quieres hacer, te desempeñas mucho mejor. Porque tienes algo invertido en ese propósito. Porque realmente lo deseas hacer… No siempre podemos lograr una coincidencia del cien por ciento… No obstante, hay oportunidades que te permiten llegar por otros caminos a la carrera profesional que deseas.”
Antes de que llegara el momento de presentarse como reclutadora, Takila se esforzó para conseguir el título universitario que siempre había querido con la asistencia para el pago de estudios de la Guardia Costera.
“Creo que mi momento de mayor orgullo fue obtener mi título con la ayuda de la Guardia Costera. Ellos pagaron los estudios. Yo soy la primera persona de mi familia en recibir un título universitario y, por eso, pude aplicar para la Escuela de Aspirantes a Oficial y convertirme en una.”
Takila McCown. Luego de graduarse de la Escuela de Aspirantes a Oficial, Takila comenzó a trabajar como inspectora marítima, trabajo que sigue teniendo en la actualidad. Los inspectores marítimos suben a las embarcaciones para garantizar que se cumplan las reglamentaciones marítimas. Todos los barcos que ingresan en las aguas territoriales estadounidenses deben regirse por estas normas a fin de mantener un entorno seguro para todas las personas a bordo, y es una responsabilidad que Takila no se toma a la ligera.
Con un título universitario en su haber y una carrera dedicada a ayudar a los demás, Takila tiene a la Guardia Costera en un lugar especial de su corazón. Le dio una razón de ser y un ejemplo concreto de lo que ella puede hacer cuando se lo propone.
“Es tan gratificante poder decir que uno sirve a su país… y saber que independientemente de tu origen, puedes lograr cualquier cosa. La Guardia Costera hizo que lo entendiera.”