"I was able to do the right thing and make a difference in people’s lives."
Joseph Kurz
Major | Army
Siendo hijo de un oficial, de jovencito Joseph viajó de un lugar a otro, pero para él Florida es su hogar ya que allí es donde vivió cuando terminó la escuela secundaria. Cuando estudiaba en la Universidad de Central Florida, un reclutador amigo le habló sobre el ROTC (Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de la Reserva, por sus siglas en inglés) del Ejército, que fue lo que eligió en lugar de la Marina, la rama del Servicio a la que perteneció su padre.
De todas maneras, sus padres estuvieron muy contentos de que hubiera escogido una carrera militar.
“Mi padre está profundamente orgulloso de que siga sus pasos.”
En aquel entonces, a sus amigos les parecía que estaba loco, pero Joseph tenía grandes aspiraciones para su educación universitaria. Quería sentirse parte de algo más importante. En lo que respecta a la experiencia del ROTC, admite que fue algo difícil desde el punto de vista físico.
“Un día común consistía en reunirnos muy temprano a la mañana y hacer alguna clase de entrenamiento físico juntos.”
El resto del tiempo, no había demasiadas diferencias con las actividades de cualquier otro estudiante universitario, salvo que al menos un día a la semana usaba uniforme. El entrenamiento militar más focalizado se realizaba en verano. Durante seis semanas todos los veranos, Joseph realizaba el entrenamiento previo al nombramiento del Ejército, que es similar al entrenamiento básico que realizan los aspirantes a oficial.
“El ROTC es una clase especial de entrenamiento básico que se hace a lo largo de tres o cuatro años. Por eso se hace poco a poco y no es algo tan exigente y estresante, [concentrado en poco tiempo]… A cualquier estudiante universitario le recomendaría que lo hiciera de esta forma.”
Inmediatamente después de graduarse de la universidad, Joseph fue nombrado oficial. Su camino postuniversitario en las Fuerzas Armadas comenzó como subteniente de fuerzas blindadas “en un enorme tanque haciendo prácticas de tiro en vivo”. Como Joseph lo rememora, “disfrute mucho”. Pero también pensaba en lo que podría hacer después de las Fuerzas Armadas y se interesó en formarse en abastecimiento, transporte y logística. Las dos experiencias, del tanque a la ciencia del abastecimiento, fueron muy gratificantes.
“Era responsable de 16 personas y de equipos por un valor de más de 2.5 millones de dólares.”
Su capacitación práctica en coordinación de transporte y abastecimiento fue igualmente gratificante y mucho más satisfactoria que lo que sus pares civiles hacían a la misma edad.
“No recuerdo que ninguno de mis amigos de la universidad, al unirse por primera vez a la fuerza laboral civil, tuviera un nivel tan grande de experiencia sobre sus hombros y la oportunidad de desempeñar puestos de liderazgo a tan temprana edad.”
Joseph pudo afianzar estas aptitudes de liderazgo en dos movilizaciones separadas a Irak y a Afganistán. Aunque al principio estaba muy nervioso, Joseph pronto se adaptó a la vida del campo de entrenamiento en los dos ámbitos, cuando, como oficial en logística, solía estar bastante alejado del combate directo. Pero su organización y su criterio con respecto a qué vehículos y dispositivos irían al frente de batalla salvaron vidas y marcaron la diferencia.
“Llevábamos con nosotros recursos pesados que iban a salvar vidas y a eliminar algunos de los dispositivos explosivos improvisados...”
Esto era muy importante para Joseph.
“…Pude hacer lo correcto y marcar una diferencia en la vida de otras personas.”
En la actualidad, Joseph ha tomado sus experiencias militares y las ha convertido en una maestría en gestión logística —estudios pagados por la Ley GI. El Ejército hizo realidad su sueño de más maneras que solo dándole el dinero.
“Tener el dinero para estudiar es una cosa, pero tener el tiempo para estudiar es algo diferente. El Ejército me dio las dos cosas.”
Actualmente, Joseph sigue desempeñando su función en logística. Su esposa también es militar y están a punto de convertirse en padres. Pero a medida que se aproxima a sus 20 años de servicio siendo tan joven, sabe que puede jubilarse a los 43 años y contar con ingresos para el resto de su vida, así como con todos los beneficios de salud.
“Para nosotros dos tener esa jubilación militar significa que cuando dejemos el Servicio, vamos a poder hacer lo que queramos... ser voluntarios en la Cruz Roja o enseñar en un campus universitario interactuando con los jóvenes para ayudarles a encontrar su rumbo en la vida.”
Si nos basamos en los logros de vida de Joseph hasta el momento, podemos decir que él es sin duda un excelente ejemplo a seguir.