"Los cambios son constantes y siempre hay algo más que hacer. Por eso tengo planeado quedarme en la Fuerza Aérea por un tiempo."
Jacob Poulliot
Air Force
“Al decidir que iba a ingresar en el campo profesional de control de combate, quería tener el mejor estado físico posible. Hablé con personas que sabían cómo ejercitarse y sabían cómo mantenerse en forma. También conversé con algunos muchachos que ya estaban en esa carrera y me dieron una mano.”
Luego del entrenamiento básico, Jacob ingresó en la ruta de control de combate. Este camino involucra varios tipos de escuela distintos: Supervivencia, Evasión, Resistencia y Escape (SERE); abandono de aeronaves sumergidas; control del tráfico aéreo; control aéreo y de combate. Durante este período, Jacob comenzó a aprender a saltar de los aviones.
“Cuando te subes a una aeronave por primera vez… Te das cuenta de que realmente vas a saltar. En ese punto se te destrozan los nervios. La adrenalina te corre por el cuerpo y estás a punto de echarte atrás, pero sabes que va a ser increíble. Es como una ráfaga de emociones.”
Los controladores de combate reciben tanto entrenamiento porque son quienes ayudan a despejar y proteger los campos de aviación en condiciones peligrosas o tras las líneas enemigas. Una vez que se establece un campo de aviación, también se desempeñan como controladores de tráfico aéreo y guían a los aviones para un aterrizaje seguro. Los controladores de combate generalmente acompañan a los equipos de las Fuerzas Especiales del Ejército, a los equipos del comando naval SEAL (tierra, aire y mar, por sus siglas en inglés) o a los equipos del Comando de Operaciones Especiales de la Marina, y constituyen una fuerza aérea adicional para estos equipos durante la batalla.
Después del entrenamiento, Jacob estuvo destacado en Okinawa, Japón, durante dos años. Participó en ejercicios en Australia, Corea, Indonesia y las Filipinas, y estuvo movilizado en Afganistán e Irak. En todo este tiempo, mantuvo su régimen de entrenamiento a fin de poder estar preparado para todo.
“Pasamos por un proceso de entrenamiento muy riguroso, que básicamente nos prepara para cualquier tipo de situación que podamos enfrentar… Nos convierte en mejores operadores para trabajar en todo tipo de entornos.”
Si bien Jacob ha alcanzado su meta de ser controlador de combate, no se detiene aquí. Quiere avanzar en su carrera y está cursando los estudios para obtener el título de Ciencias de la Aviación y así poder desempeñarse mejor en su puesto.
“Los cambios son constantes y siempre hay algo más que hacer. Por eso tengo planeado quedarme en la Fuerza Aérea por un tiempo.”