Jose Cervantes

Transcripción

Sargento primero de la Fuerza Aérea Jose Cervantes: Nací en Houston, Texas, y, a los nueve años, mi padre, mi hermana y yo nos mudamos a la Costa Oeste. Crecí en Bakersfield, California, que se encuentra a unas 100 millas al norte de Los Ángeles, una pequeña ciudad rural. Creo que fui un niño bastante normal. Me gustaba practicar deportes. Me gustaba hacer cosas orientadas a estar al aire libre.

Cuando estaba en segundo año de la escuela secundaria, vi un especial de casi 40 minutos sobre paracaidistas de rescate. Y cosas interesantes, como el hecho de que solo había algunos cientos de ellos, mientras que había miles de miembros en el Comando naval SEAL (tierra, aire y mar, por sus siglas en inglés). Así que, al día siguiente, fui a la oficina de reclutamiento de la Fuerza Aérea y pregunté: "¿cuáles son los pasos para ingresar en la Fuerza Aérea y llegar al paracaidismo de rescate?" De mi clase se graduaron siete de 96 candidatos y yo fui uno de ellos.

Para convertirse en paracaidista de rescate se debe ser de un tipo determinado de persona. Se debe ser alguien con mucha determinación, se debe tener una actitud de no rendirse nunca. Un paracaidista de rescate lleva a cabo operaciones de recuperación de personal para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Somos el único activo dentro del Departamento de Defensa con equipos y recursos específicamente capacitados para llevar a cabo operaciones de recuperación de personal. Se le solicita recuperar a una persona en cualquier momento, sin importar la situación. Puede implicar acudir a un área hostil para salvar a un piloto donde hay muchos aviones de combate enemigos. Requiere cierto nivel de fortaleza.

Creo que una de las operaciones más memorables en las que participé fue en la Fuerza de Tarea Conjunta Katrina. Pudimos responder solo 14 horas después de que pasara el ojo del huracán; creo que, en la primera noche, realizamos más de 200 rescates. El hecho de poder ir y ayudar a esas personas fue probablemente la tarea más memorable que he hecho como paracaidista de rescate.

He estado,  en más de 25 países. He tenido que saltar de aeronaves sobre la costa de Chile y he visto el atardecer sobre el océano Pacífico. He descendido sobre la costa oeste de África.

Para mí, se trata de las personas con las que trabajo y mi compromiso para entrenar a quienes me reemplazarán, el sentido de hermandad que tengo como paracaidista de rescate. Esas son las cosas que realmente me llevaron a alistarme una vez más. Sabía que había elegido algo especial, algo que iba a impactar directamente en nuestra nación. Y sabía que iba a ayudar a las personas diariamente.