"No estoy acá por el simple hecho de que quiero un título. Estoy acá porque esto es lo que me permite ganarme la vida."
Jeff Payne
Guardia Costera
A los 16 años, después de criarse con diferentes familiares, Jeff Payne tomó la decisión de procurarse un futuro mejor. En el la escuela secundaria, el entrenador de fútbol de Jeff le sugirió que pensara en ir a la Academia de la Guardia Costera. Aunque lo veía como una posibilidad remota, Jeff pasó por el proceso de entrevista con un miembro de la Reserva de la Guardia Costera. Se presentó a una entrevista con un panel, llenó papeles y se realizó un examen físico exigido por todas las academias militares de los EE. UU. Y luego, para su alegría, fue aceptado.
Jeff no niega que cuatro años en una academia militar no es igual a la experiencia universitaria convencional.
“La diferencia está en la cantidad de trabajo… los días son más largos y más duros… Pero allí los lazos con tus compañeros de clase son muy estrechos… especialmente en la Guardia Costera. Es una academia militar muy pequeña, entonces conoces a todos los de la clase.”
Después de graduarse, Jeff directamente se embarcó. De esta manera, los graduados salen del aula, aprenden el oficio y hacen prácticas para adquirir experiencia en un entorno concreto y real. Como especialista en ingeniería en la Academia, Jeff había pasado de los problemas en los libros de matemática a la práctica en vivo en los propios guardacostas. Trabajaba directamente con motores del tamaño de una habitación y, tan sólo con 22 años, ya era responsable de supervisar a varios mecánicos y a otros miembros de la tripulación. Esto significaba que Jeff tenía que dirigir el trabajo y, a la vez, aprender.
“Lo más difícil es aprender a liderar y ser liderado al mismo tiempo. Sí, técnicamente estás a cargo de estos muchachos. Pero estos son técnicos que hace mucho tiempo que se dedican a esto. También aprendes un montón de ellos.”
Más adelante, después de desempeñarse como ingeniero de puerto en una unidad de apoyo de ingeniería naval en Florida, la Guardia Costera le costeó los estudios a Jeff para que obtuviera una maestría en la Universidad de Michigan. Mientras cursaba estos estudios, él y otros ingenieros militares pronto se destacaron.
“Necesito aprender porque voy a usar esto. No estoy acá por el simple hecho de que quiero un título. Estoy acá porque esto es lo que me permite ganarme la vida.”
Actualmente, Jeff es oficial ingeniero y tiene 25 tripulantes a su cargo.
Jeff Payne: “Soy responsable de todo el buque... De todos los sistemas: electrónicos, eléctricos, mecánicos, del casco, todo lo que uno pueda imaginarse que hay en un buque.”
A una responsabilidad así no le falta emoción. Controlar la seguridad de los barcos pesqueros, salvar a inmigrantes ilegales a bordo de embarcaciones inseguras en el medio del Mar Caribe o impedir que lanchas que transportan drogas o armas ingresen en nuestras aguas territoriales, todo eso hace que un día “común” de Jeff en el trabajo no sea tan común. Lo más importante de todo es que su servicio en la Guardia Costera, donde tiene pensado quedarse por mucho tiempo, le ha inculcado la humildad propia del verdadero liderazgo.
“Cuando diriges a esos muchachos... lo más importante es no pecar de exceso de confianza y, en cambio, escuchar, prestar atención y tratar de aprender…”
De jovencito, solo en la vida a los 16 años a oficial graduado de dos prestigiosas instituciones, Jeff ha demostrado lo que el trabajo arduo, el liderazgo modesto y la disciplina básica pueden significar para que las aspiraciones se conviertan en realidad.