"Disfruto de lo que hago y con la vida que nos ha brindado a mí y a mi familia"
Kyle Carpenter
Sargento de tecnología | Fuerza Aérea
Tras enlistarse con éxito en mantenimiento de aeronaves, Kyle fue informado del esfuerzo que estaban realizando las Fuerzas Aéreas para reclutar más personal cibernético. Se presentó a un programa que ofrece a los aviadores la oportunidad de cambiar de carrera. Tras un período de nueva formación, consiguió pasar del mantenimiento de aeronaves a la guerra cibernetica.
Ahora ostenta el título de operador de ciberguerra y lo describe como ser un "(proverbial) guardián de la red".
"Un operador de ciberguerra protege los datos y las capacidades centradas en la red (de la Fuerza Aérea). Nos aseguramos de que (los aviadores que operan en todo el mundo) dispongan de la información y los datos que necesitan para luchar y cumplir la misión. Es la garantía para una misión que la red esté protegida, que nada pueda tocarla y que nada pueda alterarse en el tránsito de datos", afirma.
En el campo de la informática de la Fuerza Aérea, se necesita mucho estudio, formación y paciencia para que un aviador se convierta en un experto operador de ciberguerra. Sin embargo, estos jóvenes aviadores tienen un gran maestro en quien confiar; en su posición actual de instructor, Kyle es responsable de formar
y preparar a la próxima generación de operadores de ciberguerra de la Fuerza Aérea y de transmitir su amor por las Ciencias de la Computación.Su aspecto favorito del trabajo es cuando sus estudiantes empiezan a entender conceptos tecnológicamente complejos. "Es increíble ver cómo se enciende la bombilla", dice.
En las buenas y en las malas
Aunque Kyle está en la vanguardia de un espacio de batalla en constante evolución, su agenda le deja mucho tiempo libre. No importa lo que le depare la jornada laboral, sus tardes están llenas de tiempo en familia.
De hecho, las bases militares lejos de ser como las pintan en la televisión o en las películas; en realidad se parecen mucho a pequeñas ciudades o campus universitarios. Tienen sus propias bibliotecas, centros recreativos e incluso cines; de este modo, los militares y sus familias tienen un gran sentido de comunidad en sus lugares de servicio y muchas oportunidades de socializar y estrechar lazos. "Comemos juntos, compartimos bebidas y nos aseguramos de que nuestra gente está cuidada en las buenas y en las malas", dice Kyle.
Kyle y su familia también disfrutan aprovechando los programas deportivos juveniles que se ofrecen durante todo el año en su lugar de servicio. Creció jugando el pasatiempo favorito de los Estados Unidos, el béisbol, y ahora entrena al equipo de su hijo. "Es muy divertido y ver cómo se desarrollan los niños es fantástico", afirma.