Raúl Martinez

Sabía que quería darle a su familia una vida mejor y para ello necesitaba una carrera bien remunerada, con grandes beneficios y equilibrio entre la vida laboral y personal. Después de investigar varias funciones en las Fuerzas Armadas, Raúl se dio cuenta de que servir podría avanzar su carrera profesional y ayudarlo a desarrollar aún más las habilidades culinarias en las que confía cada día.

Desde que se enlistó, el Ejército le ha brindado a Raúl muchas oportunidades para convertirse en un mejor chef; asiste a numerosos programas de formación en los que aprende nuevas técnicas culinarias y adquiere la confianza necesaria para empezar a experimentar en la cocina. "Me gusta cocinar porque puedo expresarme a través de la comida", dice. "Me gusta crear recetas y hago muchas cosas diferentes. Hice alitas con soja, salsa teriyaki y jengibre. Mis amigos vinieron y les encantaron".

Raúl sabe que una comida puede cambiar mucho la moral de un militar. Por eso su trabajo es tan importante. Los especialistas culinarios como él utilizan sus habilidades para alimentar a los soldados aquí en casa y en todo el mundo. De ese modo, estén donde estén o hagan lo que hagan, siempre pueden contar con una comida.

Con tantas bocas que alimentar, podría parecer que Raúl tiene una agenda ajetreada y exigente; sin embargo, disfruta de mucho tiempo libre. Todos los domingos, sus amigos de la unidad se reúnen en su casa, donde les prepara una gran cena. Incluso ha empezado a enseñarle a su hija el placer de cocinar. "Tiene tres años, pero ya está aprendiendo. Siempre le pregunto si quiere ser cocinera como yo", dice.

Raúl piensa aplicar los conocimientos adquiridos en el Ejército en su futuro. Dice: "Me gustaría abrir mi propio camión de comida algún día; así puedo darle oportunidades de trabajo a quienes de otro modo no las tendrían. Espero ser algún día un buen líder y enseñar a los demás que se puede. No importa lo que digan los demás, puedes hacerlo".