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James Kemter
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Mayor

James Kemter

Ingeniero

“Mi padre estuvo en la Guardia Nacional… en un sentido, eso fue lo que despertó en un principio mi interés por servir.”

Mientras aún estaba en la escuela secundaria, James Kemter de Columbus, Ohio, dudaba entre alistarse en las Fuerzas Armadas inmediatamente después de graduarse o ir a la universidad a través de un programa ROTC (Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de la Reserva, por sus siglas en inglés). Finalmente, eligió incorporarse al Ejército directamente al terminar la escuela secundaria, pero no sin antes analizar detenidamente la decisión.

"The Military allows you to really figure out who you are."

James Kemter

Major | Army

“Mi padre fue muy firme en su postura de que antes de incorporarme al Ejército o a cualquier Servicio… hablara con todos los Servicios, que me informara muy bien sobre qué opciones tenía.”

James también tenía muy claro que quería elegir un área de capacitación en las Fuerzas Armadas que pudiera aplicar en la vida civil.

“Al hablar con muchas personas [en las Fuerzas Armadas], surgía un tema común, que era, si vas a estar en las Fuerzas Armadas, trata de que el trabajo que hagas sea algo que te sirva [después del sServicio].”

Con eso en mente, James esperaba reunir las condiciones para ser interrogador en inteligencia militar, y más adelante trasladar esa capacitación a una carrera civil en el campo del cumplimiento de la ley o los servicios de inteligencia. El próximo paso fue el entrenamiento básico y, como es de esperar, al principio lo dominaron los nervios. Pero la experiencia no fue para tener tanto miedo como había supuesto.

“Recuerdo que los sargentos de maniobras eran muy profesionales. Eran estrictos, pero justos; te daban una tarea y un objetivo y esperaban que los cumplieras.”

Mientras hacía el entrenamiento básico, James fue seleccionado para asistir a la Escuela Preparatoria de la Academia Militar de los Estados Unidos en Fort Monmouth, Nueva Jersey, donde se entrenaría para ingresar en la Academia Militar de los Estados Unidos en West Point. Sus planes originales evolucionaban de una manera que jamás hubiera podido imaginar cuando se alistó como alumno del último año de la escuela secundaria en Ohio.

“Estuve en West Point cuatro años y fue una experiencia increíble.”

En West Point, James optó por estudiar ingeniería y, tras graduarse, se quedó en el Ejército donde adquiría más y más experiencia y conocimientos con cada año que pasaba. En principio, viajó a Fort Leonard Wood en Missouri para asistir al Curso básico para oficiales de ingeniería. Luego se trasladó a su primer lugar de destino, Fort Lewis en el estado de Washington. Como teniente, dirigió un pelotón de 30 hombres a cargo de la desactivación de minas terrestres y la construcción de pequeñas obras.

Después de tres años en Washington, James regresó a Missouri para asistir al Curso de especialización de capitán del cuerpo de ingenieros durante el día y obtuvo la primera de sus dos maestrías en ingeniería avanzada asistiendo a clases vespertinas. Estuvo un tiempo en Fort Leonard Wood, donde se convirtió en comandante de compañía antes de dirigirse a Gulfport, Mississippi, donde fue responsable de capacitar a especialistas en carpintería y albañilería. Por último, obtuvo su segundo título avanzado en ingeniería en el Instituto de Tecnología de la Fuerza Aérea cuando regresó a Ohio, su estado natal.

Durante su carrera, James dirigió importantes obras de construcción en todo el país, que incluyeron proyectos variados como erigir cuarteles y construir una estructura de 10,000 metros cuadrados desde cero. Incluso lo convocaron para realizar varias restauraciones de edificios históricos en Fort Sam, Houston, Texas. Su equipo pudo remozar las construcciones según los estándares modernos al tiempo que se mantuvieron sus características históricas.

Como ingeniero de proyectos, la principal tarea de James consistía en que los contratistas cumplieran con los plazos previstos y los presupuestos. Asignaba el trabajo y realizaba controles diarios para garantizar que se siguieran los planos y se cumplieran las especificaciones. Además de conferirle las competencias que se aplicarían directamente a cualquier puesto de dirección de construcciones civiles, esta experiencia también le dio a James un inmenso sentido de satisfacción.

La carrera de James también incluyó una movilización de seis meses en Afganistán, donde construyó proyectos importantes, barracas, carreteras y cuarteles generales para el Ejército y las agencias afganas. A los 34 años de edad, era la única persona responsable de 55 proyectos por un monto de más de $300 millones.

“El simple hecho de ver cómo podía mejorar la calidad de vida de un país verdaderamente pobre, un país del tercer mundo, era algo que a uno lo hacía sentir realmente bien. Podía tratarse de construir una carretera o un destacamento policial en lugares donde nunca había habido uno… el simple hecho de ver la prosperidad general… que empezaba a generarse porque transformábamos un pequeño camino por el que pasaban cabras en una carretera en la que un automóvil podía transitar lo más bien.”

De jovencito de colegio secundario en Ohio a graduado de West Point con dos títulos avanzados adicionales en ingeniería, James ha conseguido muchos logros en su experiencia militar. El Ejército le ha dado todas las oportunidades posibles de ponerse a prueba y superarse. Esta formación educativa y la experiencia en terreno se plasmarán en numerosas opciones laborales civiles que son posibles gracias al entrenamiento militar.

“Las Fuerzas Armadas te permiten darte cuenta de quién eres realmente y de cuánta adversidad puedes enfrentar, te permiten conocer tus límites. Te permiten ponerte a prueba y ver dónde están esos límites.”

Y, al Mayor James Kemter, las Fuerzas Armadas le han demostrado que no existe ningún límite en lo que puede lograr cuando pone el máximo de concentración en la tarea.